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Fisioterapia pulmonar

Fisioterapia pulmonar

La fisioterapia pulmonar es una subespecialidad dentro de la Fisioterapia enfocada a prevenir, tratar y estabilizar las disfunciones o alteraciones de la respiración. Su objetivo es mejorar la ventilación regional pulmonar, el intercambio de gases, la función de los músculos que intervienen en la respiración, la disnea, la tolerancia a hacer ejercicio, entre otros problemas.

 

¿En que consiste la fisioterapia pulmonar?

Está formada por un conjunto de técnicas y procedimientos de valoración y diagnóstico funcional del sistema respiratorio y técnicas de intervención terapéutica para desobstruir las vías aéreas, reeducación respiratoria y re-adaptación al esfuerzo.

 

 

Técnicas de fisioterapia respiratoria

Drenaje postural: Es la técnica preferida y mejor tolerada para eliminar las secreciones. El objetivo es conseguir que las secreciones drenen por acción de la gravedad hacia los bronquios mayores, la tráquea, y conseguir expulsarlas con la tos. Para realizar el drenaje postural se coloca al paciente en la posición adecuada, según la zona del pulmón que se debe drenar. Así, se suele colocar al paciente en posición de decúbito lateral y en sedestación. Antes de empezar la técnica es importante que el paciente sepa toser y respirar de forma profunda. No debe realizarse cuando el paciente haya comido recientemente.

Ejercicios de expansión torácica: Se realizan con inspiraciones máximas sostenidas con una apnea breve al finalizarlas. Se siguen de una expiración lenta, pasiva. Con los niños pequeños se utiliza también el llanto y la risa.

Control de la respiración, respiración diafragmática: Consiste en periodos de respiración lenta con relajación de los músculos accesorios respiratorios, además de ventilación con el diafragma. Esto se intercala con técnicas más activas, para permitir la recuperación y evitar el agotamiento del paciente.

Percusión torácica: Son golpeteos repetidos. En lactantes se hace con la punta de los dedos, en niños con la mano hueca o con mascarilla hinchable en las distintas zonas del tórax.

Vibración torácica: Se colocan las manos o las puntas de los dedos en la pared torácica y, sin despegarlas, se genera una vibración con la espiración. Es una técnica que se combina con la compresión y el drenaje postural. El objetivo es desalojar de forma mecánica las secreciones espesas adheridas en las paredes bronquiales.

Compresión torácica: Hace más fácil la respiración al comprimir la caja torácica con un abrazo. De esta forma se aplica presión sobre el esternón y las porciones inferiores y laterales del tórax. En los bebés, no obstante, se hace presión con las palmas de las manos en la región inferior, anterior y lateral de la caja torácica.

Tos provocada y dirigida: Normalmente, cuando se despega la mucosidad de la pared, desencadena la tos. Si esto no ocurre, la tos se puede provocar aplicando una ligera presión en la tráquea, en el hueco supra esternal, cuando finaliza la inspiración. De esta forma, la tos permite la expectoración de la mucosidad por la boca, o su deglución. En pacientes intubados o con cánulas de traqueostomía la succión es la que sustituye a la tos, introduciéndoles una sonda en el tubo endotraqueal.